Cuando un automóvil choca contra un peatón, es natural suponer que es el vehículo el culpable. Después de todo, los coches son más grandes que las personas y deben tener cuidado con los peatones. Por eso, cuando se atropella a personas (peatones), casi siempre se supone que los coches son los culpables.
Pero en realidad no es así como sucede, en un caso real de accidente peatonal. De hecho, los casos en los que las personas son atropelladas por automóviles pueden ser muy difíciles de ganar para el peatón lesionado, y varios factores hacen que estos casos sean más complejos de lo que inicialmente se piensa.
Negligencia comparativa
Como cualquier otro estado, Nevada permite que una persona demandada por negligencia culpe a la víctima, total o parcialmente, por sus propias lesiones o por causar el accidente. Esa es exactamente la defensa que utilizan muchos automovilistas cuando son demandados por atropellar a peatones.
La Defensa a menudo tiene cierta validez; muchas veces las personas que caminan no velan por su propia seguridad. Es posible que salgan corriendo frente al tráfico que viene en sentido contrario. Pueden cruzar por áreas que no están designadas como áreas de cruce. Es posible que ignoren las señales de control para peatones. Y cuando lo hacen, el conductor casi siempre culpa al peatón.
Los jurados tampoco siempre simpatizan con los peatones. Muchos de nosotros conducimos todos los días y comprendemos las dificultades de navegar para evitar a los peatones. Es posible que muchos miembros del jurado hayan estado a punto de chocar contra peatones que, según creían, caminaban sin preocuparse por su seguridad.
Demostrar la responsabilidad y recrear el accidente
En la mayoría de los casos, la responsabilidad no está clara; un automóvil no suele atropellar a un peatón que cruza legalmente la calle y un peatón no sale corriendo por delante del tráfico que viene en sentido contrario (aunque, en ocasiones, ambas cosas ocurren).
A menudo, la cuestión de la responsabilidad se reduce a lo que se conoce como la última oportunidad clara. ¿Quién, el peatón o el conductor, tuvo la última oportunidad clara de ver y evitar al otro? La respuesta a esta pregunta a menudo se reduce a detalles minuciosos sobre dónde estaban exactamente el peatón y el automóvil cuando ocurrió el accidente, qué tan rápido iba el automóvil, si el automóvil intentó frenar o detenerse, o si el peatón caminaba o corría.
En algunos casos, hay cámaras de vídeo que capturan el incidente, pero cuando no las hay, los expertos deben reconstruir el accidente basándose en pistas físicas. Por ejemplo, la ubicación del daño en el automóvil puede ayudar a un experto a recrear el accidente. La posición del cuerpo del peatón después del impacto también puede ayudar a recrear el accidente.
En algunos casos, durante un litigio, el registrador de datos del automóvil (como la «caja negra» de un avión, pero para un automóvil) puede ayudar a determinar la velocidad y la dirección del automóvil en el momento del accidente.